miércoles, 13 de enero de 2016

SABOR A JAZZ


Escribir es como tocar el piano, cada letra es
una nota y cada verso un acorde, mientras que no
te cite en vano porque me pierdo en el tono, y más si
te nombro porque termino hablando de amor.

Aunque el amor y la música se acompañan,
como el vino y las copas, la pizza y la soda,
una cena con cerveza, y de detalle unas cerezas.

Un beso con sabor a jazz, y suave como el sax
pero que al nivel de piso y no del mar tengamos
un momento de relax. Mientras que la pista siga
nosotros sin prisa, que nos disfrutamos lentamente
y al momento de apagarnos nos prendemos, en ese
preciso momento comprendemos que suave
nos tocamos, porque así no nos amaramos
nos conoceríamos en una sola pista.

Una botella en donde guardar todo ese amor,
para después tomar de ella y que bella manera
de evitar diferencias.


Que al compás de las maracas nos riamos,
y es que nunca nos olvidamos, no se olvida nada
y que si eso pasa nos dejamos.

Y que cuando este en escena la trompeta,
te tomo en un trago, y de la mano te llevo
por todo el planeta.

Al sabor del bajo, me bajo y te sujeto de las piernas,
te cargo  y agarras esa nube que tanto querías,
con la que soñaste toda la vida y aunque cueste
tanto y el bajo no se note, yo lo haría un millón de veces.

La guitarra lentamente, y yo con un ramillete
de besos y acompañados con unos subyugantes versos
nos fundimos eternamente.


Amar es como escribir mientras escuchas el piano
cada mirada es una letra y cada beso un verso,
mientras que no te quiera en vano porque pierdo
en la estrofa, y más si te comienzo a amar,
porque termino hablando más de ti. 

No hay comentarios: