Los amores que borran otros amores son como aquellos
bocetos que se mejoran con el tiempo. Esos esfumatos que se
bocetos que se mejoran con el tiempo. Esos esfumatos que se
fuman con el lienzo y se unen a
cada momento.
Ella comenzaba con líneas puras y yo agarrándola de la
cintura.
Terminaba con la tempera y yo anonadado por su oscura
cabellera.
Explotaba con los frescos y yo a la merced de los besos,
Explotaba con los frescos y yo a la merced de los besos,
me perdía como en mis sueños, que bárbaro que ni el tiempo
perdonamos,
que no dejamos lienzos en blancos y no vemos grises opacos.
La noche caía entre sus dedos y el
óleo revivía los besos en su cuello,
mientras que el amor se apaga en
algunas partes renace en otras.
Cuando la belleza que se encuentra perdida y es encontrada por el arte,
y como no amarte si somos mismas
partes que nos mezclamos en
pigmentos que dan vida al hades,
tus ojos color jade que penetran
mi alma como un sable.
Que nos retratemos en la vida y
que si por mi fuera, ahí
me quedaría. Porque lo que pasa
en la alfombra se queda
pintada como una obra, que nada
son las horas, se pierden
como la dora y se difuminan en el
cora.
Dejamos los matices al amanecer y los contornos para
el desayuno, pintemos y admiremos
lo que tenemos. Borremos
los errores y las altas
tonalidades curémoslas con nuestras
cualidades. Todo esto en lo que
dura el lienzo, el amor o
la pintura, pero que los versos,
los besos y los momentos,
queden pintados en nuestros
recuerdos.
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