domingo, 7 de junio de 2015

MIL LAGRIMAS DEL MAR



Rezando la luna comenzaba a brillar más esa noche
mientras que las nubes se abrazaban por el frío,
yo nunca solía sufrir por amor, o por olvido.
La poesía ni las letras eran lo mio, pero aquella noche
me dirigí hacia un cobertizo, erizo, con la piel
hecha rizo y mi respiración que pendía de un hilo.
Vi a lo lejos, las olas negras de su pelo, el piélago
del mar donde se reflejaba sus ojos y el cielo. 
¡Que estrellas! que con vista pasajera, efímera, 
que anonadaba el gusto de la vista, el tacto, que desorbitaba
cualquier sensación de un cuerpo, cualquier sabor de un beso.

Aquella noche, oscura como mi vestimenta nadé muy rápido.
Nunca había nadado tan rápido 
como aquella noche, pero
como cada amor, que se disipa en 
la orilla, como cada amor
que dura lo que tarda un cigarro o el amor que se camina
descalzo, por el barro. 

Que lucha interminable y un amor incontrolable, un orgullo
insaciable, que simpatiza cualquier sentimiento irremediable.
En la misma agua salada se encuentran tantas lagrimas,
de tantos enamorados que por no luchar se han ahogado.
Pero la luna sigue ahí alumbrando cada noche, hasta que 
llegué el alba, que toque el alma y que te enamore cada día
que si por mi dependiera moriría, amaría y cada noche en esas aguas,
yo nadaría. 

Un día nadaré con sabor a "serás mía", gritaré que eres mi vida
y que lucharía sin duda cada día, sin duda escribiría una poesía,
una melodía donde plasmaría un amor que dure toda la vida.

En el amor el tiempo no basta, hasta el infinito es poco, hasta el universo
entero es la milésima parte de lo que siento por ti. Pero qué
sabes de mí, qué sabe el tiempo de los momentos, qué sabe la luna
de los dos, qué sabe dios del amor. Si yo me voy con el viento, los besos
con el tiempo, la luna una noche, y los dioses mucho amor, pero
con reproches. No dejes el mar solo por las noches, nunca
dejes que las nubes te arropen.

Las olas del mar, son las lagrimas que se van a la orilla 
alejándose de la luz de la luna, que de ella depende:
la felicidad interminable, el amor incontrolable, los besos
insaciables, y la simpatía de un cariño inimaginable. Todo
esto en tan solo una noche. 











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