domingo, 12 de octubre de 2014

DIARIO DE UN MARIHUANO CAPITULO II


Hola como están, espero y estén muy bien, hace unos meses leí unos relatos muy interesantes en una pagina web, la verdad me quede sorprendido del contenido de dichos relatos, ya que había de múltiples temas. Uno que me intereso es el de DIARIO DE UN MARIHUANO, al leer el titulo me pareció muy poco atractivo pero como fui avanzando entre lineas, versos y párrafos me perdí en el relato. Y bueno ya que tiene un anonimato pues lo comparto libremente, este es el CAPITULO DOS pero solo consigo los demás los postearé saludos.



DIARIO DE UN MARIHUANO

CAPITULO II 


Nunca creí que fuese mi primer día, la verdad veía con ansias fumar hierva ya que eso solo lo veía en películas y series de televisión. Eran las seis de la tarde, la hora había llegado y me dirigí a Jorge, un compañero de clase que estaba más loco que una cabra, el tipo siempre te hablaba de drogas como si viviera de ello, cosa que no lo era (hasta donde yo sabía).

Me acerque y le dije:
Oye Jorge, ¿Ya  te dijo Roberto de eso?, con cara de cinismo y cabrón.
Jorge solo volteo la cabeza  y respondió en voz baja.
Claro solo lo esperaré para que fumen eso.
Era un idiota creía que lo sabía todo solo por comprar unos gramos de droga, la verdad que por muy mínima que fuese la cantidad, él pudo, cosa que yo jamás podría, no sabía ni como ni en donde comprar Marihuana y mucho menos que pasaría si mis padres se enteraran.

Mi padre era un contador muy popular y mi madre una ama de casa, era una señora muy respetada, y que su hijo el chico educado como todos decían estuviera en la correccional solo por no saber ni comprar unos cuantos gramos de hierva. No se para que les cuento todo esto pero es que de verdad tienen tanta relación con lo sucedido aquel día.

Eran las seis veinticinco y Roberto no llegaba, este chico era un hijo de maestro que solo se la pasaba molestando a los demás a sabiendas de que su padre estaba cerca. Volteé la mirada y como a cien metros venía Roberto con una sonrisa del lado a lado, cuando estaba a treinta metros grita con una voz cagante:
¡Qué onda, vamos a fumar esa verga!, mi cara se caía de la vergüenza, lo juro, juro que jamás me habían dicho así, bueno no me acobarde tampoco pero es que había muchos estudiantes alrededor obviamente sabrían de nuestra hazaña, claro las personas que fuman tabaco no se alebrestan de esa manera ni lo andan gritando a los cinco vientos ¿O cuatro? da igual, lo intrigante de esto es que era evidente, y la verdad a veces solo me preguntaba que hacía allí, no quiero hablar mal, pero pues no era un chico de malas notas, mucho menos de problemas familiares, mis padres nunca discutían y nadie levantaba la voz en casa, creo que no había un motivo la verdad , creo decir que era curiosidad pero esa palabra no me gusta por muchas razones, querer saber algo que ya sabes por lo menos y lo básico y aun así quieres saber más, pues está bien cuando se trata de algo que tendrá un beneficio, pero de que estoy hablando lo importante del asunto es que ya era tarde y Roberto estaba de parlanchín y Jorge de cabrón bueno eso era su estado natural. Estábamos los tres listos para quemar la hierba, bueno eso digo hoy ese día ni sabía usar la palabra “quemar”, era sinónimo de delincuencia que se yo.
Roberto saco unas hojas de papel, y como todo experto le dijo a Jorge
Pasa esa  madre, yo lo forjo. Jorge le dijo con una voz de cabrón como era costumbre
¡Cálmate experto, fórjame esta! Y se comenzó a reía de manera grotesca, sacando de su bolsillo derecho una bolsa con la hierba, la maría, de la verde como le quieras decir cualquier nombre que le pongas fumarla es fumarla y te pondrá igual.

Roberto para mí nunca mintió ¡era un maestro!, solo logré a ver como sus dedos se introdujeron a la bolsa de hierba y su asquerosa lengua en e papel, jamás me imagine que se hicieran así pero pues como de otra forma, Jorge prendió un encendedor color amarillo con unos dibujos que me dieron mucha risa porque era muy infantil, me morí de la risa claro y por supuesto en mi mente si me rio ahí me matan, o bueno me mata Jorge y Roberto se queda callado, que horrible sería morir de esa manera, no me lo imagino como estaría el titular del periódico, son despiadados, iban a decir lo peor de mí que yo vendía y distribuida todo tipos de drogas, pero de que estoy hablando claro que no me reiría, no estaba loco.

Bueno, una vez prendido su olor y humo era evidente la verdad al principio no olía tanto bueno esa fue mi impresión, había escuchado que la hierba es muy escandalosa pero creo que solo exageraron, pero en cuestión de segundo si pensé ¡Qué demonios huele mucho! Lo se soy muy incongruente ¡Y claro si soy muy exagerado y me adelanto a las situaciones.

Roberto estaba a mi lado izquierdo dijo:
Te toca compa refiriéndose a Jorge. Jorge respondió:
Nel va por mano, cosa que entendí más tarde bueno más delante de mi vida. Roberto le dio el ultimo sorbo y dice dale, dale!, la verdad la tome y traté de olvidar que era ilegal, por lo menos en mi país, tome el cigarrillo, porro o como le digas cosa que da igual, es marihuana envuelta en papel, le di el primer sorbo de una manera muy pacifica, cosa que fue mal vista por los dos tipos, solo dije para en suavizar la situación y no sintieran que era un novato
Esta chida, palabra que siempre utilizaba Roberto. 
Le di otro sorbo, o jalón como le digas da igual ya que de cualquier manera el humo inhalado entra por tu boca y termina en tus pulmones.







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